Existen ideas que son "fuertes" y se sostienen por sí mismas. Contrariamente,
hay ideas que son realizables y que tienen valor, pero que son "débiles": como no tienen la
fuerza interna suficiente, debe colocarse mucha energía externa en ellas. Estas
ideas suelen ser inefectivas, porque demandan
una constante inversión para
sostenerse y desarrollarse.
Algunas ideas demandan mucha energía externa,
pero luego despegan y la inversión inicial se recupera. Pero la mayoría de las
que no se sostienen por sí mismas en un primer momento, nunca despega. La
dificultad reside en distinguir entre una idea que necesita "combustible" sólo al
comienzo y una que lo requiere continuamente. ¿Cuál es el límite? ¿Cuánto tiempo se le da
a una idea?
Desde luego, existen consideraciones de costo y beneficio. Si los costos de "inversión" no son altos y
las recompensas sí, se puede invertir energía en la idea durante algún tiempo.
Un ejemplo de esto fue la introducción de la telefonía móvil. Como las personas
debían adquirir nuevos hábitos de comunicación y romper viejos la idea demoró
en despegar y consolidar una masa crítica de usuarios. Sin embargo, hoy podemos
afirmar que fue una de las innovaciones más fuertes y exitosas de las últimas
décadas.
Para desarrollar una creatividad efectiva y
de alto valor, es importante evaluar
la debilidad de una idea. Para hacerlo, podemos recurrir a los siguientes
criterios:
1.-Motivación: si una idea no es motivante, presenta una gran debilidad. Quienes
tienen que trabajar en la idea, deben sentirse motivados, tanto para desarrollarla,
como para implementarla.
2.-Estructuras: es necesario considerar si una idea es realizable dentro de las condiciones existentes. Una idea que pueda fluir a través de las estructuras o mecanismos existentes, será menos débil que aquella que necesite una alteración de dichas estructuras, o nuevos mecanismos.
3.-Beneficios: con demasiada frecuencia, pensamos en una idea que consideramos interesante y luego la desarmamos y examinamos, procurando encontrarle algún beneficio. Una idea fuerte presenta beneficios a simple vista. Si los beneficios son escasos, la idea es débil más allá de lo interesante, o novedosa que sea.
4.-Condicionantes: hay ideas que sólo dependen de nuestra voluntad para realizarse, mientras que otras dependen de algo más que está fuera de nuestro control. Por ejemplo, si solicitamos un permiso para abrir un restaurante, debemos esperar que nos lo concedan. Si la autorización es otorgada, seguimos adelante, pero si es rechazada, no. Mientras más condicionantes tenga una idea, más dependencia e incertidumbre generará. Por lo tanto, más débil será.
5.-Recursos: hay ideas que son fácilmente realizables y otras que no. Una idea es débil si requiere muchos recursos para su realización (dinero, tiempo, administración, seguimiento, etc...) y si la inversión en ellos no supera los beneficios esperados.
6.-Diferencia: diferenciar si es más débil una idea similar a una existente, o una totalmente original, no es tan sencillo como parece. Muchas ideas exitosas han sido similares a otras. En la historia de las innovaciones, algunas de las más "revolucionarias" sólo fueron una mejora a un proyecto anterior. Aquello que parece más débil desde un punto de vista "creativo", no siempre lo es desde una perspectiva de "productividad".
2.-Estructuras: es necesario considerar si una idea es realizable dentro de las condiciones existentes. Una idea que pueda fluir a través de las estructuras o mecanismos existentes, será menos débil que aquella que necesite una alteración de dichas estructuras, o nuevos mecanismos.
3.-Beneficios: con demasiada frecuencia, pensamos en una idea que consideramos interesante y luego la desarmamos y examinamos, procurando encontrarle algún beneficio. Una idea fuerte presenta beneficios a simple vista. Si los beneficios son escasos, la idea es débil más allá de lo interesante, o novedosa que sea.
4.-Condicionantes: hay ideas que sólo dependen de nuestra voluntad para realizarse, mientras que otras dependen de algo más que está fuera de nuestro control. Por ejemplo, si solicitamos un permiso para abrir un restaurante, debemos esperar que nos lo concedan. Si la autorización es otorgada, seguimos adelante, pero si es rechazada, no. Mientras más condicionantes tenga una idea, más dependencia e incertidumbre generará. Por lo tanto, más débil será.
5.-Recursos: hay ideas que son fácilmente realizables y otras que no. Una idea es débil si requiere muchos recursos para su realización (dinero, tiempo, administración, seguimiento, etc...) y si la inversión en ellos no supera los beneficios esperados.
6.-Diferencia: diferenciar si es más débil una idea similar a una existente, o una totalmente original, no es tan sencillo como parece. Muchas ideas exitosas han sido similares a otras. En la historia de las innovaciones, algunas de las más "revolucionarias" sólo fueron una mejora a un proyecto anterior. Aquello que parece más débil desde un punto de vista "creativo", no siempre lo es desde una perspectiva de "productividad".
7.-Aceptación: la idea puede ser brillante pero si por determinadas razones no es aceptada, no tendrá fuerza. Muchas ideas que aparentemente tienen un alto impacto, resultan débiles. En publicidad, las ideas son fuertes cuando llaman la atención. En esta industria, la novedad y la provocación tienen un valor intrínseco, porque captar la atención del público es un objetivo central de toda campaña. Pero en otros sectores, el interés que despierte una idea, no la hace lo suficientemente fuerte.
El hecho de que una idea sea novedosa, divertida, o llamativa no la convierte en una idea fuerte. Aprendamos a detectar las debilidades de nuestras ideas antes de implementarla.



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